Para que la República Dominicana asegure si tiene petróleo comercialmente explotable se necesita saber, en primer lugar, si existe un sistema petrolero que funcione. Así lo establece la “Guía sintética sobre áreas de interés exploratorio para la industria de hidrocarburos“, elaborada por el Ministerio de Energía y Minas.
Este documento cita unas variables que deben tener sincronía y producirse en el orden correcto. “De lo contrario, aunque haya petróleo, no sería comercialmente explotable“, se asegura.
Estas variables comprenden saber si:
- se cuenta con generación de hidrocarburos o una roca generadora que funcione
- hacia dónde se dirigen las migraciones o flujos
- si hay buena roca almacén y sello que entrampen esas migraciones
- ubicar esos lugares o trampas donde se han acumulado esas migraciones.
La República Dominicana tiene seis áreas o cuencas con mayor interés para la exploración de hidrocarburos: Enriquillo, Azua, San Juan, San Pedro (en el mar), Ocoa (en el mar) y Cibao Oriental.
En estas áreas -según el documento- existen fallas y estructuras que podrían funcionar como trampas para retener hidrocarburos, “pero aún requieren estudios más profundos para llegar a conclusiones definitivas sobre su potencial comercial”.
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De hecho, en las cuencas de Enriquillo, Azua y San Juan “hay posibles rutas de migración y acumulaciones de hidrocarburos, lo que indica que el sistema petrolero funciona en esas zonas”, se destaca en el documento.
La semana pasada, el Senado aprobó en primera lectura un proyecto de ley sometido por el Poder Ejecutivo para modificar el Artículo 4 de la Ley 4532 de 1956, para que se habilite que gobiernos y actores extranjeros puedan participar e invertir en la exploración y explotación de hidrocarburos en el país.
En el 2020, el presidente Luis Abinader firmó un contrato con la empresa estadounidense Apache Corporation para la búsqueda de petróleo en el territorio nacional, luego de que la compañía ganara en el 2019, durante el gobierno de Danilo Medina, la licitación para la exploración. Dicha exploración se hace en la cuenca marítima de San Pedro de Macorís.
Lo que se supone en cada cuenca, según la Guía
- Enriquillo: “existen trampas definidas que coinciden con los focos generadores, en donde las rocas Sombrerito y Plaisance se encuentran en ventana de generación petrolífica”.
- Azua: se determinó que hay “altos estructurales que funcionan como trampas almacenadoras de hidrocarburos y que coinciden con las zonas en que las rocas generadoras de Ocoa y Jura se encuentran en ventana de generación”.
- San Juan: las rocas Ocoa y Neiba están en ventana de generación de aceite” y podría “existir potencial de yacimientos en capas profundas”.
- San Pedro de Macorís: “la interpretación sugiere posibles abanicos submarinos de régimen turbídico de potencial e interés considerable”.
- Bahía de Ocoa: “Se identificaron algunas estructuras anticlinales en contacto con fallas inversas”.
- Cibao Oriental: “Se identificaron estructuras tipo anticlinal que podrían funcionar como trampas para la carga de hidrocarburos“.
Por DiarioLibre