El director general de Servicios Penitenciarios y Correccionales, Roberto Hernández Basilio, y Grace Buttler, de la Fundación Génesis, resaltaron los avances del programa de detección, diagnóstico y tratamiento de la sífilis, el VIH y la hepatitis C en el recinto de La Victoria.
Explicaron que los privados de libertad afectados por las citadas enfermedades reciben una atención médica más oportuna y constante.
“Con este proyecto, que cuenta con el aval y participación del Ministerio de Salud Pública y el Consejo Nacional para el VIH y SIDA (Conavihsida), el sistema penitenciario ha logrado poner un stop en la cadena de contagio y reducir la posibilidad de fallecimiento por falta de tratamiento, pues hemos examinado tanto a los privados de libertad como al personal y los casos detectados han sido incorporados a los servicios de atención y tratamiento médico”, amplió Hernández.
“Test & Treat + 3: Victoria en La Victoria, el centro penitenciario más grande del Caribe” fue el título de la intervención de Hernández Basilio y Buttler en la conferencia anual de la Asociación Internacional de Prisiones y Correccionales (ICPA), que se llevó a cabo en Orlando, Florida.
Allí explicaron sobre la experiencia de implementar un programa de detección dentro de un sistema penitenciario complejo y compartieron las lecciones aprendidas para mejorar aún más los resultados de salud de las personas privadas de libertad.
En su presentación, el funcionario penitenciario reveló que con este proyecto han sido evaluadas, para detectar VIH, sífilis y hepatitis C, 7,604 personas, entre privados de libertad y personal de seguridad y labores administrativas del Centro de Privación de Libertad de La Victoria, que cuenta con una población de 7,708 internos.
Hernández Basilio aprovechó para resaltar el impacto positivo que tiene en la población penitenciaria la dignificación de los servicios de alimentación y salud, con mejoría en la provisión de alimentos, la instalación de una farmacia popular, el equipamiento del dispensario médico y el incremento del personal sanitario.
Como parte de la agenda del cónclave, Hernández Basilio visitó, junto a funcionarios penitenciarios de la región, las instalaciones del Central Florida Reception Center, con capacidad para 1,659 internos, para observar esa experiencia y aspectos que puedan ser replicables para enriquecer la administración penitenciaria y correccional del país.
El grupo tuvo la oportunidad de observar los programas académicos, de biblioteca, de derecho, el programa de transición de 100 horas, el de pérdida de peso, educación para el bienestar, así como, deportes activos y pasivos, manejo de la ira y encuentro cristiano y visitaron el área médica, donde contactaron el sistema de citas y las atenciones en el centro de salud del que dispone el recinto.
La conferencia anual de la Asociación Internacional de Prisiones y Correccionales (ICPA), organizada por el Departamento de Correcciones de Orlando, reunió este año a más de 400 profesionales del servicio penitenciario de todo el mundo.
Este año tuvo por título “Sobresalir más allá de la vieja normalidad: correcciones después de la pandemia mundial” y contó con la participación de 200 oradores y más de 100 presentaciones en diversas sesiones, plenarias, talleres paralelos y visitas a centros correccionales.
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