MADRID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) – ¿Qué determina el sobrepeso? Aparte del estilo de vida, la
predisposición desempeña un papel, pero los genes no pueden explicar del todo la propensión heredada
a acumular exceso de peso.
Un nuevo estudio de la Charité – Universitätsmedizin Berlin (Alemania) ha mostrado que una especie de
‘formateo’ del código del ADN en un gen asociado a la saciedad está implicado en un riesgo ligeramente
elevado de exceso de peso corporal, al menos en las mujeres. Este “marcaje epigenético” se establece
tempranamente durante la etapa embrionaria.
Las personas con sobrepeso, especialmente las que padecen un sobrepeso severo, corren un mayor
riesgo de sufrir una serie de enfermedades graves, como las cardiovasculares, la diabetes y el cáncer. Se
trata de un problema sanitario cada vez más grave. En todo el mundo está aumentando el número de
personas con sobrepeso. En la Región Europea, dos de cada tres adultos (59%) tienen sobrepeso o son
obesos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero, ¿qué determina que las personas lleguen a tener sobrepeso? La predisposición genética
desempeña un papel importante, junto con el estilo de vida. La similitud del índice de masa corporal
(IMC) en gemelos idénticos oscila entre el 40 y el 70 por ciento. Incluso los gemelos idénticos criados en
familias distintas muestran la misma similitud significativa.
Los científicos han identificado varias variantes genéticas que influyen en el peso corporal de una
persona y, con él, en el riesgo de desarrollar obesidad. Pero incluso consideradas en conjunto, no pueden
explicar la heredabilidad observada. Los investigadores empezaron a sospechar que debía haber
factores no genéticos adicionales que influyeran en la propensión de una persona a engordar en exceso.
En este trabajo, publicado en la revista científica ‘Science Translational Medicine’, los investigadores han
identificado ahora uno de esos factores en su reciente estudio. Según sus conclusiones, el riesgo de
sobrepeso en las mujeres aumenta en torno a un 44 por ciento si hay un número especialmente elevado
de grupos metilo adheridos al gen POMC (pro-opiomelanocortina), responsable de la sensación de
saciedad.
Los grupos metilo son diminutas unidades químicas que el organismo utiliza para marcar las letras del
código del ADN con el fin de activar o desactivar genes sin modificar la secuencia de letras del ADN. En
otras palabras, el efecto es muy parecido al de resaltar una sección de un texto sin reescribir el texto en
sí. Este tipo de ‘formateo del ADN’ se conoce como marcado epigenético.
Para su estudio, el equipo de investigadores analizó el “formato” del gen POMC en más de 1.100
personas. Encontraron más grupos metilo unidos al gen de la saciedad en mujeres obesas con un IMC
superior a 35 que en mujeres con un peso corporal normal.
“Un aumento del 44 por ciento en el riesgo de obesidad es más o menos el mismo efecto que se ha
observado también en las variantes genéticas individuales. En comparación, los factores
socioeconómicos tienen un efecto mucho mayor. Pueden aumentar el riesgo entre dos y tres veces”. En
cuanto a por qué el efecto de metilación sólo aparece en las mujeres, aún no lo sabemos”, ha explicado
Peter Kühnen, líder de la investigación.
El gen POMC se ‘formatea’ muy pronto durante el desarrollo embrionario, como demostraron los
investigadores comparando los patrones de metilación en más de 15 conjuntos de gemelos idénticos y
fraternos. Mientras que el ‘formateo’ del gen de la saciedad era el mismo en la mayoría de los gemelos
idénticos, apenas había correlación en los gemelos fraternos.
“Esto indica que el marcaje epigenético del gen POMC se establece poco después de que el óvulo y el
espermatozoide se fusionen, antes de que el óvulo fecundado se divida en dos embriones gemelos. Esto
significa que la fase más temprana del embarazo es crucial”, ha detallado Lara Lechner, primera autora
del estudio.
¿QUÉ INFLUYE EN EL ‘FORMATEO’?
Pero, ¿qué influye en la metilación que experimenta el gen de la saciedad y, por tanto, en el riesgo de que
una persona padezca sobrepeso? Estudios anteriores indicaron que la presencia o ausencia de ciertos
nutrientes que aportan grupos metilo podría tener un efecto sobre los procesos epigenéticos.
Entre estos nutrientes se encuentran la betaína, la metionina y el ácido fólico, que suelen absorberse a
través de la dieta. Un método recién desarrollado con células madre humanas individuales permitió a los
investigadores simular en el laboratorio cómo se determina el patrón de metilación durante el desarrollo
embrionario y cómo le afectan los nutrientes.
“Por un lado, nuestros estudios y otros también muestran que el ácido fólico, la betaína y otros nutrientes
tienen un efecto limitado sobre el grado de metilación. Hemos observado que el ‘sistema de formateo del
ADN’ es muy estable en su conjunto, y que las células compensan pequeñas fluctuaciones en el
suministro de nutrientes. Por otro lado, hay indicios de que la variabilidad de este ‘formateo’ se desarrolla
al azar. Eso significa que no es posible -todavía no, en cualquier caso- influir externamente en que una
persona tenga más o menos metilación en la región POMC”, ha detallado Kühnen.
Al menos en teoría, las mujeres con un riesgo elevado de desarrollar obesidad debido a la metilación del
gen POMC podrían recibir medicamentos para ayudarlas a perder peso, según sugieren los estudios
iniciales de cuatro mujeres y un hombre gravemente obesos con este tipo exacto de “formateo” del gen
de la saciedad.
Los sujetos recibieron un fármaco específico que frena la sensación de hambre y que ya ha sido
aprobado para tratar a pacientes obesos con una mutación del gen POMC. A los tres meses de iniciar el
tratamiento, los cinco pacientes experimentaron menos hambre. Perdieron una media de siete kilos, o
alrededor del cinco por ciento de su peso corporal. Algunos de ellos continuaron el tratamiento y
siguieron perdiendo peso.
“Estos resultados demuestran, para empezar, que un gen POMC que ha sufrido cambios epigenéticos
puede tratarse con medicación. Serán necesarios más estudios controlados a gran escala para
demostrar si el tratamiento con este fármaco también sería eficaz durante un periodo más largo y, en
caso afirmativo, hasta qué punto es eficaz y seguro este tipo de tratamiento. En general, sin embargo, un
medicamento como éste tendría que ser sólo una pieza de una estrategia de tratamiento integral”, ha
remachado Kühnen.
Por Infosalus