HOUSTON – La multitud lo sabía mucho antes de que el juego terminara y antes de que se dieran a conocer los resultados de la votación. Cada vez que Jeremy Peña se paró en el plato durante el Juego 6 de la Serie Mundial el sábado por la noche en Minute Maid Park, los cánticos comenzaban a escucharse.
“¡MVP! ¡MVP! ¡MVP!”.
Ellos tenían la razón. La noche en que Peña acumuló dos imparables más y anoto una carrera en la victoria que les dio el campeonato a los Astros por 4-1 sobre los Filis, el torpedero dominicano de 25 años fue reconocido con el Trofeo Willie Mays como el Jugador Más Valioso del Clásico de Otoño presentado por Chevrolet, convirtiéndose en el primer jugador de posición novato en recibir dicho honor.
“Esto es especial”, exclamó Peña.
Vaya que el joven también es especial. El hijo del exligamayorista y segunda base dominicano, Gerónimo Peña, lució bastante cómodo en el mayor escenario del béisbol, ya que bateó de 25-10 con un cuadrangular y 10 carreras producidas además de exhibir una fantástica defensa en las paradas cortas.
Su tablazo en el Juego 5 frente a Noah Syndergaard fue el primer jonrón en una Serie Mundial conectado por un campocorto novato, y su sencillo en el sexto inning del Juego 6 dejo la mesa puesta para el bambinazo del cubano Yordan Álvarez que le dio la vuelta al marcador y sentencio el partido.
Fue una extraordinaria postemporada para Peña, quien también fue nombrado Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana tras irse de 17-6 con dos jonrones y dos dobles en contra de los Yankees.
Peña se convirtió en apenas el noveno pelotero – y el segundo novato – en ser nombrado JMV de la Serie de Campeonato y la Serie Mundial en una isma postemporada, uniéndose a:
Willie Stargell, Piratas, 1979
Darrell Porter, Cardenales, 1982
Orel Hershiser, Dodgers, 1988
Liván Hernández, Marlins, 1997*
Cole Hamels, Filis, 2008
David Freese, Cardenales, 2011
Madison Bumgarner, Gigantes, 2014
Corey Seager, Dodgers, 2020
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También fue Peña quien conectó los sencillos claves que precedieron los tablazos épicos de Álvarez en la Serie Divisional de la Liga Americana frente a los Marineros, durante la cual Peña bateó de 16-4 con un cuadrangular y un doble. En total, Peña tuvo promedio de .345 en los playoffs.
Entonces, ¿cómo le hace alguien con tan poca experiencia en Grandes Ligas para exhibir tanta confianza y aplomo en medio del reto más demandante del béisbol?
“Hombre, ¿por dónde empiezo?”, dijo Peña. “Tiene mucho que ver con mi familia, mi crianza. Mis compañeros también tienen mucho que ver. Me apoyaron desde el primer día. Me dieron la confianza de simplemente saltar al terreno y desplegar mi juego”.
Sobre el césped del outfield, en medio de la celebración después del Juego 6 en Minute Maid Park, Gerónimo Peña, quien nunca tuvo la oportunidad de ver acción en una postemporada de Grandes Ligas en una carrera de siete años con San Luis y Cleveland, sacó el orgullo cuando se le preguntó acerca de su hijo.
“El muchacho lució espectacular”, elogió Peña padre, quien fungió como primer bate de los Cardenales en el primer juego de Dusty Baker como timonel por los Gigantes en 1993. “Ha crecido bastante, día a día, ha crecido. Cada día quería hacer algo diferente, cada día quería ir al campo de juego. Luego decía, ‘¡Vamos, vamos, vamos!’ Dios lo ha bendecido con un don. Pero también le gusta trabajar duro”.
Fuente: MLB.COM
Agencias