El presidente ejecutivo de la Asociación de Fiduciarias Dominicanas (ASOFIDOM), Christian Molina, advirtió sobre el impacto negativo que tendría el proyecto de ley de modernización fiscal sobre el fideicomiso en general y sobre el sector vivienda, ya que se pretende que el fideicomiso tribute como una sociedad comercial, es decir, que pagando un 27% de impuestos sobre la renta y luego un 10% sobre los beneficios repartidos.
“El fideicomiso tiene que ser fiscalmente neutro: ni beneficioso, ni perjudicial, debemos lograr que su tratamiento fiscal no sea lo relevante a la hora de decidir si hacemos o no un fideicomiso, sino que prevalezcan las ventajas legales, la protección y la seguridad que brinda el fideicomiso; excepto por aquellos sectores que el Estado decida fomentar como la vivienda y el mercado de valores, que deben seguir teniendo el tratamiento del 10% como pago único y definitivo del impuesto sobre la renta”, dijo.
Al agotar un turno en la Cámara de Diputados, el presidente ejecutivo de ASOFIDOM explicó que la neutralidad fiscal deseada se lograría estableciendo que “si un fideicomiso se gana 100 pesos al final del año, quien crea el fideicomiso deba declarar esos 100 pesos como un ingreso, debiendo pagar el impuesto que le corresponde, pero no el fideicomiso”, como sucede en otros países como México, Colombia y Argentina.
Luego planteó ejemplos concretos de por qué no tendría sentido el tratamiento fiscal que propone la reforma. En cuanto al fideicomiso sucesoral, evidenció que planificar la herencia de una persona por medio de un fideicomiso conllevaría una carga fiscal severamente mayor que si se opta por otras opciones como la de un testamento. También utilizó el ejemplo del fideicomiso en garantía y lo comparó con la hipoteca como alternativa para garantizar préstamos, revelando que el tratamiento fiscal propuesto para el fideicomiso es tan desfavorable, que ninguna persona o empresa optaría por utilizar a pesar de ser mucho más útil y beneficioso que una hipoteca.
Molina se refirió a la vivienda diciendo que “si hay un sector en el que hemos visto un cambio drástico desde la ley de fideicomiso, del año 2011, es el sector de la vivienda. Ese incentivo del 10% como pago único y definitivo del impuesto sobre la renta ha dado un resultado tan grande, que tenemos que ser muy tercos para quitarlo.”
Manifestó que, al cierre del año pasado, habían sido entregadas más de 50,000 viviendas a través del fideicomiso, construidas con inversión privada, y la banca había colocado más de 160 mil millones en préstamos hipotecarios. “¿Qué significa eso para la bancarización de compradores, y para la economía dominicana?” – cuestionó el presidente ejecutivo de ASOFIDOM.
Concluyó reflexionando sobre el impacto que ha tenido el fideicomiso en la prevención del lavado de activos y de la evasión fiscal: “El fideicomiso es una caja de cristal. La construcción se ha convertido en un negocio transparente que no evade impuestos y respeta las reglas de prevención de lavado. Si a un constructor le cuesta más impuestos construir por medio de un fideicomiso, entonces no hará un fideicomiso, y perdemos todos”.
En un comunicado de la Asociación de Fiduciarias que fue publicado el pasado lunes, también se resaltó el impacto que tendría la reforma en el aumento de los precios de la vivienda, considerando que, en la actualidad, aproximadamente el 40% de los compradores de viviendas se ven forzados a terminar sus contratos por no calificar para préstamos hipotecarios, y “si el precio de venta aumenta, serán muy pocos los que podrán adquirir una vivienda”.
En el referido comunicado se establece que en 2017 la demanda insatisfecha de viviendas en el Gran Santo Domingo era de 252,156, con una oferta inmediata de solo 5,774, pero que, gracias al fideicomiso, a diciembre de 2023, existía un portafolio de 71,294 viviendas en desarrollo en dicha localidad.
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