octubre 13, 2024

Arcodelsur

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Educar para la vida

Roberto Rosado Fernández, educador
La preocupación de la sociedad de estos tiempos está centrada en cómo lograr que
desde el estado brinde educación de calidad. Esta preocupación se torna más profunda si
se analizan los comportamientos que exhiben, sobre todo, los jóvenes de hoy.
Lo que se vislumbre, de seguir estos comportamientos, es un derrotero cada
vez más difícil debido a que los jóvenes lucen desorientados y sin horizonte alguno.
Escribe Negro Veras, en su columna del periódico ACENTO.COM, en
relación a esta preocupación: ‘Lo que cada joven haga o deje de hacer hoy, mañana,
formara parte de la reseña de sus antecedentes que le definirán como ser humano
beneficioso a su patria o inservible’.
La educación del futuro debe enrumbarse en la búsqueda de respuesta que
ponga freno a dicho derrotero. El pueblo mas feliz es el que tenga mejor educados a
sus hijos, en la instrucción del pensamiento, y en la dirección de los sentimientos. Un
pueblo instruido ama el trabajo y sabe sacar provecho de él. Un pueblo virtuoso vivirá
más feliz y más rico que otro lleno de vicios, y se defenderá mejor de todo ataque, ha
dicho el gran prócer de la libertad cubana José Martí.
Ha de saberse que la educación debe desarrollarse teniendo en cuenta las
tradiciones culturales y morales de los pueblos. El deber de un hombre no es forzar las
condiciones de la vida, para ocupar en ella una situación más alta que las que sus
condiciones le permiten sino hacer en cada una de las condiciones en que se halle la
mayor suma mejor de obra posible.
Al hombre se le debe enseñar a tener criterio y pensamiento propio; a vivir por
sí mismo; de forma independiente y con decoro; no poner en peligro, con su egoísmo y
servidumbre, la dignidad y la fuerza de la patria e investigar relacionarse y hacer uso
público de la palabra.

La escuela, abrazada de estas ideas podrá desarrollar la sagrada labor de educar
promoviendo desde las aulas el respeto, defendiendo lo humano; en unidad con la vida,
con sentido práctico y moral. Educar para la vida en convivencia social, esto es, que los
contenidos y asignaturas se entrelacen con la cotidianidad a partir del lugar donde se
vive. Escuela y comunidad, en todas sus instancias entrelazadas, caminando como un
solo cuerpo.
De modo que educar con calidad es depositar en cada hombre toda la obra
humana que le ha antecedido haciendo de cada uno un resumen de lo que ha vivido
hasta lo que está viviendo. Ese es el gran compromiso de cada docente, comprender esa
realidad y convertirse en protagonista de la solución.
El gran desafío que tiene la enseñanza de hoy, en el mundo convulso y
desafiante en que vivimos, es enfatizar en la necesidad de educar al hombre para la vida;
para ser más útil a su sociedad sobre la base de que el conocimiento y la buena conducta
es la mayor riqueza que puede tener.

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