El Partido Demócrata ha logrado retener el control del Senado de EE.UU. tras obtener 50 escaños durante las elecciones intermedias, según las últimas proyecciones de AP.
Tal escenario se hace posible luego de que la candidata demócrata Catherine Cortez Masto, ex fiscal general del estado de Nevada, se impusiera en ese estado ante el republicano Adam Laxalt por un estrecho margen. Con el 96 % de los votos escrutados, Cortez Masto cuenta con el 48,7 % de los sufragios, mientras que su rival se queda en 48,2 %.
“Esta elección es una victoria y una reivindicación”, escribió en su cuenta de Twitter el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, añadiendo que también supone una victoria para el pueblo estadounidense.
“El pueblo estadounidense rechazó a los republicanos extremistas antidemocráticos MAGA”, agregó.
Paralelamente, la cadena da otro triunfo importante al partido oficialista en el estado de Arizona, donde Mark Kelly aventaja a Blake Masters, quien fue apoyado por el expresidente Donald Trump.
Ahora, incluso si los republicanos ganan en la segunda vuelta en el estado de Georgia, programada para diciembre, la formación de Joe Biden mantendría el control en la Cámara Alta del Congreso gracias al voto decisivo de la vicepresidenta Kamala Harris.
De momento, solo un escaño del Senado, del total de 35 disputados durante estas elecciones intermedias, ha cambiado de manos. Se trata del estado de Pensilvania, donde el demócrata John Fetterman, quien concurrió tras recuperarse de un ictus en mayo, ganó al republicano Mehmet Oz, también respaldado por Trump.
Por otra parte, los republicanos defendieron sus posiciones en Florida, Carolina del Norte, Ohio y Wisconsin, mientras que sus rivales seguirán teniendo los senadores por Arizona, Colorado, New Hampshire, California, entre otros estados.
Mientras, el balance preliminar para la Cámara de Representantes da 211 asientos a los republicanos y 204 a los demócratas.
Por qué son importantes los comicios de medio término
El control del Congreso, donde los demócratas han mantenido hasta ahora una estrecha mayoría, es clave para promover la agenda legislativa de uno u otro partido y va a marcar u obstaculizar las políticas del presidente Joe Biden en el tiempo que le queda en el poder.
Una pérdida del control por parte de los demócratas significaría que las prioridades de Biden, como reforzar el derecho al aborto, la lucha contra el cambio climático y las restricciones en materia del control de armas de fuego, se quedarían en entredicho. Pero, en todo caso, como presidente Biden conservará su poder de veto sin importar quién controle el Congreso.
De formalizarse el triunfo demócrata en el Senado, ayudaría a la Administración actual a seguir promoviendo su agenda. Asimismo, la fuerza oficialista podrá confirmar las designaciones de los jueces federales, incluidos los de la Corte Suprema, evitando así escenarios en los que el partido opositor bloquea la aprobación de los nombramientos.
En 2016, un Senado republicano ya bloqueó la propuesta para la Corte Suprema del entonces presidente demócrata Barack Obama, mientras que Donald Trump dejó huella en el sistema judicial nombrando a jueces conservadores durante su mandato con ayuda de la mayoría republicana en el Senado.
Agencias