Investigador explica qué hacer para evitar los molestosos gases y flatulencias por la ingesta del alimento
Las habichuelas tienen más propiedades de lo que pensábamos. Comer este alimento puede ser una de las razones por las que algunas personas llegan a vivir un siglo porque, según un análisis, junto con otros granos, contribuyen a la longevidad.
El empresario y autor Dan Buettner ha estudiado por una década las zonas azules del mundo, que es donde se sabe que la gente tiene una vida larga y saludable, estas son Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica), Ikaria (Grecia) y Loma Linda (California).
En su análisis reseñado por CNN indicó que los residentes de estas áreas comparten un entorno y un estilo de vida común, incluida una dieta basada en plantas y eligen frijoles, como habas, frijoles negros, soya y lentejas.
Todos los miembros de la familia de las leguminosas están llenos de nutrientes, incluidos cobre, hierro, magnesio, potasio, ácido fólico, zinc, lisina, que es un aminoácido esencial, y mucha proteína y fibra.
Cada tipo de legumbre tiene un perfil nutricional diferente, por lo que comer una variedad de frijoles puede ser lo mejor, dijo Buettner.
Aduki, o el frijol mungo rojo, tiene más fibra que muchas otras variedades, mientras que las habas están llenas de luteína antioxidante. Los frijoles negros y rojo oscuro están llenos de potasio y los garbanzos tienen mucho magnesio.
“Los granos también contienen proteína vegetal, que es más saludable porque tiene más nutrientes con menos calorías que la proteína animal”, agregó.
De hecho, Buettner recomienda combinar frijoles con granos integrales para que tengas todos los aminoácidos que componen una proteína nutricionalmente integral, similar a la que se encuentra en la carne.
Estudios apuntan a los beneficios para la salud de las legumbres, respaldando lo que las personas en las “zonas azules” saben desde hace mucho tiempo, dijo Buettner.
Señaló que la fibra soluble en los granos puede reducir el colesterol y ayudar a prevenir la diabetes tipo 2 al estabilizar el azúcar en la sangre. Un estudio de 2001 encontró que comer granos cuatro veces a la semana redujo las enfermedades cardíacas en un 22%. Un estudio de 2004 descubrió que las personas vivían aproximadamente 8 años más por cada ingesta de 20 gramos de legumbres, eso es aproximadamente una onza.
Ayuda a perder peso
Sostuvo que los granos también ayudan a perder peso: “una revisión de estudios de 2016 encontró que las personas que comieron hasta 9 onzas de leguminosas por día durante seis semanas perdieron tres cuartos de libra más que las personas que no las comieron”.
Además de todos estos beneficios, los frijoles y sus primos también son económicos y se pueden cultivar en casa en una variedad de suelos, haciéndolos el alimento perfecto para ayudar a las poblaciones económicamente desfavorecidas a vivir más tiempo, dijo Buettner.
Añadió que “la mayor parte de mi trabajo diario durante los últimos 13 años ha sido trabajar con ciudades para ayudar a reducir la obesidad”, dijo, refiriéndose al Proyecto Zona Azul, programas de transformación comunitaria que han ayudado a los estadounidenses en ciudades como Spencer, Iowa y la región de Beach Cities, California.
“Siempre escucho que las familias estadounidenses no pueden darse el lujo de alimentar a sus familias con alimentos saludables”, dijo Buettner.
“Desafortunadamente, eso es cierto cuando se trata de alimentos orgánicos y otros alimentos frescos, pero les digo que aún pueden lograr la mayor parte del camino al hacer que los frijoles y los granos integrales sean la base de muchas comidas”.
Gases y flatulencias
Se entienden las magistrales propiedades de los frijoles, pero es sabido del resultado incómodo y a veces, ruidoso y maloliente que provocan.
El investigador aconseja educar al cuerpo en la ingesta de este alimento de la siguiente manera:
“Si quieres evitar los gases, la manera de comenzar con los frijoles es con un par de cucharadas al día”. “Luego sube a cuatro cucharadas y, en el transcurso de dos semanas, trabaja hasta llegar a una taza”.
Dijo que al comerlo con esta frecuencia y cantidades la persona estará alimentando las bacterias buenas de su intestino y su microbioma está listo para comer legumbres. Agregó: “No me dan gases por comer frijoles”.
Por DiarioLibre